VIAJE

Caspar David Friedrich, Viajero sobre un mar de nieblas

“He llegado a una tierra de llegada”
Juan Ramón Jiménez

Para llegar así, para habitarme,
para saberme cierto y sin adornos,
para que este temblor deje su huella
en los atajos perdidos del tiempo,
en las sombras fatales del destino,
desnudos demiurgos invocaron,
en los albores vacíos del aire,
una conjuración de genealogías
venida de anhelos y delirios.

Para llegar a ti, para habitarte,
para saberte ahora sin nostalgias,
para ser el semblante de tu vientre,
la feroz mordedura de tus noches,
el primer dios de las metamorfosis
inventó la palabra y el silencio,
las dudas, los presagios, las heridas,
la inocencia de desgarrar tus muslos
cuando el alba sangraba su epitafio.

Para llegar aquí, para habitarnos,
para sabernos uno sin motivos
para seguir viviendo de prestado
en este débil zarpazo de luz
y cruzar la pureza del instante
como el náufrago que se estremece
en la amarilla arcilla de la tarde.